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Se ha publicado 'El Dorado', un libro extraordinario sobre la Bogotá del siglo XIX.

 Todo parece indicar que, aun cuando viva abrumada por las noticias de última hora, la sociedad colombiana ha vuelto a interesarse por su Historia: los documentados trabajos del Centro de Memoria Histórica, la 'Historia mínima de Colombia' preparada por Jorge Orlando Melo, la 'Historia de Colombia y sus oligarquías' narrada por Antonio Caballero y el festival 'Nuevas Historias de Colombia', organizado por la librería Lerner de Bogotá, son pruebas incontestables de que hay cientos de investigadores e intelectuales comprometidos con la tarea de reinterpretar los mitos de esta nación en busca de sí misma e iluminar los rincones oscuros de nuestro pasado.

Ahora, luego de un monumental trabajo de restauración, la Alcaldía de Bogotá y la Universidad Nacional de Colombia han publicado un libro extraordinario sobre la Bogotá del siglo XIX a partir de los álbumes del profesor suizo de filosofía e historia Ernst Röthlisberger. También conocido por un magnífico libro de viajes titulado 'El Dorado' –revisado y editado por su hijo Walter–, Röthlisberger vivió y trabajó en Colombia desde 1884 hasta 1889 gracias a una invitación de la Universidad: el álbum de fotografías recién publicado y aquel diario de travesía son los principales testimonios de su fascinación por estos paisajes habitados por estas culturas.

Suele decirse que Colombia tiene mala memoria. Que deja pasar de largo las victorias y las derrotas porque el tren de los hechos jamás se detiene. Habría que reconocer, sin embargo, que cada día se cuenta más –desde la literatura, desde el cine, desde la Historia– no solamente el pasado protagonizado por los caudillos, sino el pasado vivido por las personas comunes y corrientes que en los anales parecen condenados a extras, a personajes secundarios en el mejor de los casos: la Colombia de finales del siglo XIX, vista por los ojos emocionados y libres de prejuicios del profesor Röthlisberger, es un país exuberante protagonizado por hombres y por mujeres que merecieron mejor suerte.

 

TOMADO DE: www.elespectador.com