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Lo lograron en el escenario más complicado del rally en Suramérica. En el Campeonato Baja Inka Peru.

 

Solo había un equipo representando a Colombia en el Campeonato Baja Inka y ese equipo llegó en la tercera posición de la competencia por el desierto peruano.

El MS2 Racing, conformado por los manizaleños Mauricio Salazar Velásquez, el piloto, y Mauricio Salazar Sierra, el copiloto, que luchan por construirle una sede a la Fundación Alejandra Vélez Mejía, que apoya a los niños con cáncer.

Tras su participación en el Rally Dakar, en enero pasado, decidieron ponerse un nuevo reto: aventurarse en el que es considerado el rally todoterreno con mayor grado de dificultad en Sudamérica. "Varios golpes contra las dunas, cambio de transmisión delantera y aún varios equipos en el desierto. Mañana será otro día y vamos con toda la energía de la Fundación Alejandra Vélez Mejía", publicaron los Mauricios tras el primer día de competencia.

La travesía, que tuvo un recorrido promedio de mil millas (mil 600 kilómetros), finalizó el domingo con la satisfacción de los caldenses de convertirse en el primer equipo colombiano en lograr un podio en esta competencia.

Su aventura aún no termina, pues en su calendario sigue la preparación para medirse en enero nuevamente al Rally Dakar, que se correrá en suelo argentino.

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Destacado

"Todos los niños que padecen de cáncer corren un rally cada día, su fortaleza es la que nos motiva, ¡Vamos por esa sede!”, reseña la campaña que respalda el equipo MS2 Racing, a través de los hermanos Mauricio Salazar Sierra y Mauricio Salazar Velásquez.

Los manizaleños

Mauricio Salazar Velásquez: Viene de la actividad del rally de Colombia, que a finales de los 90 se dejó de correr por problemas de seguridad. Retomó la práctica del 4x4 y en los rallies de regularidad en el 2010. Pensó en el Dakar en el 2013 cuando fue a ver la rampa de largada en Lima. Allí conoció a la gente de Sodicars y corrió el año pasado como navegante de Philippe Kreisberger.

Mauricio Salazar Sierra: Fue campeón de navegantes de Colombia en 1992. Tuvo cáncer en los años 2005 y 2010, y este año volvió a la competencia, pero con una intención social. Corrió el Desafío del Desierto. Conocía a Argentina, pero no las rutas del Dakar. “La verdad esta es una prueba que asusta, pero la vida está hecha de retos”, dijo antes de viajar.